Revitalizar la producción cafetalera es el propósito en una región donde el cultivo del grano ha sido tradición por más de seis décadas. El plan café promovido por Fidel desde inicios de la revolución tuvo su máximo esplendor en los años 80 del pasado siglo. La tendencia es al decrecimiento productivo situación que se pretende frenar poniendo en práctica atenciones culturales que reviertan el declive.
En los campos de La Paloma, una de las tres UBPC cafetaleras de La Palma, la maduración crece con la lluvia de los últimos días. La estructura productiva con unas 236 hectáreas de ellas dedicadas al café 86 pone sus miras en la recuperación meta que requiere esfuerzo pues los rendimientos están distantes de lo esperado.
Según refiere Juan Miguel Suárez García presidente de la estructura productiva el estimado es de unas 4000 latas de café de las cuales hasta el memento se han recolectado unas 888 latas para un 61 por ciento.
Para lograr estabilizar los rendimientos se requiere de una repoblación de las plantaciones para lo cual se diseña un programa de siembra. Unas cuatro hectáreas se plantaron ya lo que garantiza una correcta rotación del cultivo.
Vital en el empeño de los cafetaleros palmeros es el incentivo salarial para lo que se aplican formas de pago en la búsqueda de fuerza de trabajo. El salario promedio por trabajador no es suficiente y está en el entorno de los 1800 a 2000 peso. En la recolección del grano se implementa un pago de 80 pesos por lata en los días entre semana y 100 pesos el fin de semana para atraer a los recolectores temporales.
La Paloma es una de las tres cooperativas cafetaleras de la serranía palmera. Recuperar los niveles productivos de épocas anteriores marca el cotidiano de vida en una región con tradición en el cultivo del grano.
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