El Asalto a La Palma por las tropas del Lugarteniente General Antonio Maceo fue uno de las grandes derrotas de las armas cubanas durante la campaña de occidente.
El 29 de Marzo de 1896, hace 125 años, el Ejèrcito Libertador irrumpe en el poblado.
Justo dos meses antes en la ruta de la invasiòn Maceo estuvo en los alrededores del pueblo y concertò con los vecinos del lugar condiciones las cuales fueron incumplidas.
El fuerte integrismos en la zona y un espìritu españolista raigal de defensa de su territorio por parte de las familias del poblado mucho tuvo que ver en el desenlace.
El factor ideològico tambièn marcò la cohesiòn de los vecinos que poseìan una profunda vocaciòn catòlica y seguìan a su lìder espiritual de entoces el padre Don Nicolàs Gonzàlez.
Si a esto se le suma el màs determinante de los motivos en la derrota, el factor militar, tendremos ante nuestros ojos el desenlace de una noche funesta para las tropas libertadoras.
Desde enero que Maceo pasò por la zona la labor de fortificaciòn fue un hecho. La actividad del jefe español de la Plaza, Capitán Don Bernardino del Pozo y Clemente se adelanta a la llegada de Maceo.
Cuenta la tradiciòn oral que las llamas de las casas que ardìan iluminaban el centro del pueblo y los insurrectos fueron blanco fàcil de las armas españolas.
Es asì el Asalto a La Palma uno de esos capìtulos de la historia libertaria que muestran el desarrollo desigual de la mentalidad nacional aùn incipiente.
Para muchos puede resulatar incomodo su abordaje pero una mirada objetiva y contextualizada en la època nos muestra a un pueblo audaz ante un enemigo como Maceo acostumbrado a los grandes combates.
El Asalto a La Palma es esa pàgina de heroismos en plural, de una parte hombres con ansias de independencia que durante dos contiendas dejaron en la manigua sudor y sangre, de la otra hombres, mujeres y hasta niños defendiendo lo suyo ese pequeño palmo de tierra donde tenìan la razòn de sus vidas.
No olvidar lo vivido es importante en este camino de construir el futuro, entendernos como pueblos por el prisma de la historia nos ayuda a ser mejores seres humanos.